Es éspoca de buitres y nosotros somos su carroña. Pero no pensemos sólo en los banqueros y los políticos, o en los grandes empresarios sólo atentos al incremento de sus fortunas. También lo son, por ejemplo, los comerciales de las empresas de luz, gas y teléfono que van casa por casa engañando a los ancianos haciéndoles firmar el traspaso de la compañía de la competencia a la que les paga por comisión. Hay una multitud de gente que nunca oyó la palabra "ética" y que ahora están todavía más ansiosos para saltar a la yugular de los demás. Su lema es: "yo por encima de los otros."
Que nadie me explique que es por obediencia debida, que la gente necesita trabajar y que por ello se ven obligados a comportarse como unos HDP. Mirad, siempre he tenido claro que los crímenes del nazismo y del franquismo no fueron únicamente culpa de sus mandamases. No, ni Hitler ni Franco mataron personalmente a los millones de víctimas. Los que se encargaron de asesinar a sus congéneres fueron la gente normal, como tú y como yo, que prefirió ver cortar el cuello de los demás antes que el suyo propio. Y que luego se salvaron de la purga por ser unos "don nadie". Ahora, éstos son esos dulces ancianitos que dan de comer a las palomas en los parques. Si me dices que es una actitud muy humana de supervivencia te responderé que es también muy huma no justificar lo injustificable. Si ellos se hubieran negado a hacer lo que hicieron, nunca hubiera habido tanto derramamiento de sangre.
En realidad, este mundo se mueve entre el egoísmo y el altruísmo, con el egoísmo llevando la delantera con mucha ventaja. Y es en momentos como éstos en los que tal egoísmo se hace más patente. Pero cuidado, es un egoísmo fomentado e inducido por el poder para manejar al pueblo más fácilmente; es un egoísmo divisivo que nubla la vista y que no permite ver que, si los ciudadanos se unieran, ese poder no duraría ni tres días. Por suerte, es también en estos tiempos que el altruísmo se rebota y lucha por encontrar su lugar. Hasta ahora es minoritario, y el deporte de las élites es desprestigiarlo para que la mayoría de la población siga en la ignorancia.
La historia nos muestra que las generaciones anteriores sucumbieron al miedo y a la estupidez inducida, y que lo más probable es que ahora no sea muy diferente. Sin embargo, movimientos como el #15M, o el de los ciudadanos que luchan contra la ley injusta de deshaucios en España, dan una esperanza de que no todo está perdido. El problema es que muchos ciudadanos, educados en el cinismo, todavía no se atreven a dar el paso para unirse. Han estado programados para que nada les afecte si no lo hace directamente. Ven a los otros sufrir, y aunque puede darles pena, se alegran de que no sean ellos. Y sólo, sólo se dan cuenta de su error, si lo hacen, cuando ya es demasiado tarde. Mientras, con su miserable actitud han ayudado a que las condiciones para todos empeoraran hasta el límite. Porque muchas veces están en los puestos ejecutores de las injusticias, como los agentes judiciales, los policías, el técnico que corta la electricidad por impago, los informáticos que crean programas censores, el cerrajero que abre la puerta del piso para deshauciar, etc. Suelen justificarse con un "si no lo hiciera yo, otro lo haría." Pero no es verdad. Si ellos desobedecieran las leyes y órdenes injustas contra sus conciudadanos, otro gallo cantaría; y otra sociedad sería posible. Son los colaboradores directos d el sistema, y por tanto, los que lo mantienen.
Y así, los grandes buitres nos comen vivos, nos arrancan las entrañas ante la indeferencia mayoritaria y a la vista de todos; incluso con el aplauso y apoyo de los pequeños buitres, que esperan su miserable e ínfima recompensa. Lo hacen impunemente porque han creado exactamente las leyes para ello. Y han metido en la cabeza del resto que "dura lex sed lex", la ley es dura pero es la ley, para que nadie se entrometa en sus fechorías. Nos han convencido de que una persona buena y honrada respeta la ley, aunque sea injusta. Craso error. Las leyes inujustas están para desobedecerlas, porque como dijo Henry Dav id Thoreau, el padre de la desobediencia civil, "en un país con leyes injustas, sólo encontrarás a los hombres justos en las cárceles."
De verdad, quiero vivir en un mundo en el que los justos estén en la calle, y los injustos no puedan tener el poder para llevar a cabo sus crímenes. Conocemos el camino, recorrámoslo juntos.
Original: http://usuadio.com/2011/11/30/es-epoca-de-buitres/
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